A su hermana le gusta masturbarse y lo suele hacer de forma frecuente para tener siempre el chochito satisfecho. Pero en su última sesión de dedo el hermano la ha pillado y la ha grabado con el móvil. Eso se convierte en su moneda de cambio para chantajearla, diciéndole que si no quiere que ponga el vídeo en redes sociales va a tener que comerle la polla. Lo que comienza con una mamada pasa a ser la obligación de que se deje follar por el chocho, dado que el hermano ha visto lo prieto que lo tiene y no puede dejar de pensar en follársela.