A esta chica granjera cada vez le apetece más que se la follen duro, porque se pasa el día rodeada de caballos y les está viendo siempre con esas pollas enormes que tienen. Por suerte para ella, uno de los chicos que también trabajan en la granja está loquito por su culo y cuando se quedan a solas se van a uno de los establos a follar. Ahí el tío la somete como a la zorra le gusta, arrodillándola de manera violenta y clavándole la polla en la boca para que se ponga a chupar bien. Lo siguiente que hace es atravesarla y decirle que grite bien porque nadie les puede oír y quiere ver lo puta que es gimiendo.