Esta colegiala se ha pasado el día trasteando con el móvil y no ha ido a clase, algo que ya ha ocurrido en otras ocasiones y que a su padre no le gusta nada. El hombre decide castigarla y hacerlo por las malas, yendo directamente a meterle la polla en la boca para que chupe duro. Cuando ya la ha hecho tragar la pone a cuatro patas y la azota el tiempo necesario para que su rabo se ponga más firme y se la pueda follar clavándosela tan intensamente que la zorra no se planteará de nuevo perder clases en el futuro.