A todas las mujeres les gusta imaginarse empaladas por el pollón gigante de un negro aunque luego a la hora de la verdad no haya tantas que lo quieran probar. Hailey Brooke era una de las que preferían no meterse ese enorme rabo en su chocho por si las moscas luego los de los blancos ya no le dan placer. Pero al final se ha animado a probarlo y se queda alucinada por cómo el pollón le abre el chocho a lo bestia. Primero lo intenta chupar entero, pero no hay manera de que lo consiga, así que después le da vía libre al negro para que se la folle.