No todas las zorras españolas aceptarían que las follara el negro del WhatsApp. ¿Os acordáis de él? Es el cabronazo que tiene una polla kilométrica que ninguna perra se atreve a meterse en el coño. Pero esta guarra, llena de tatuajes y con sonrisa de comepollas, está lista para intentarlo y batir el récord del tamaño de extensión de polla que le han metido en su vida dentro del chocho. Sus expresiones de placer y dolor al mismo tiempo reflejan con claridad que la muy perra está disfrutando del polvo de forma bestial al punto de desear con todas sus fuerzas saborear su leche cuando se corre en su boca.