Al chiquillo que le han puesto para follarse a esta gorda española se le viene el mundo encima cuando la cerda se sube encima de él para cabalgar. El chaval no deja de comerle las tetas porque no había visto unos melones tan enormes en su vida. Al rato la guarra cambia de posición y se tumba para hacerle una cubana con la que al final consigue que el chico se corra, algo natural porque tiene unas tetas de tamaño enorme y son perfectas para las cubanas. El chaval se queda alucinado por la experiencia y sobre todo muy satisfecho por la corrida.