Desde que ha entrado en la familia, esta morena no puede dejar de pensar en el morbo que le da su padre adoptivo y las ganas que tiene de follarlo. Al principio intenta bloquear esos pensamientos, pero una noche ya no puede más y se va a la habitación de los padres, despertando al hombre haciéndole una mamada. El padre no se quiere resistir y aunque esté la mujer durmiendo al lado, se la folla a la hija ahí misma, dándole súper duro a cuatro patas mientras la hace gemir sin parar. La mujer sigue durmiendo mientras su marido le pone los cuernos con su hija.