Un ladrón se ha metido en casa de Keisha Grey y lo que hace la tía en vez de cagarse de miedo es ponerse cachonda viendo al tío sentado en su cama tocando sus cosas. La guarra se comienza a masturbar y acaba sorprendiendo al ladrón, que al encontrársela en ropa interior y con ese cuerpazo decide pasar a la acción y abusar de ella. La manosea y la pone rápidamente a chuparle la polla. Después la obliga a que abra su apretado coño para follársela muy duro de forma brutal, algo que a la puta le termina encantando por lo fuerte que la penetra.