Así tendrían que ser más tías: obedientes y dispuestas a hacerte una mamada durante todo el tiempo que sea necesario hasta que sueltes la corrida. La guarra se mete debajo de la mesa donde está sentado el novio y se la comienza a chupar con ganas mientras le mira a los ojos. Luego se tumba boca arriba con la intención de abrir la boca y que se la meta dentro y poco antes de correrse el tío la pone de rodillas, le dice que abra la boca y le suelta toda la corrida dentro para que no deje ni gota, aunque un chorro sale disparado hacia su cara.