La cara de vicio que tiene esta pelirroja española es tremenda. Se ve a la legua que tiene unas ganas locas de que le metan la polla en cualquier momento y lugar. Está un poco gordita, pero es lo de menos desde el momento en el que el tío le mete el rabo hasta el fondo del chocho. Se la folla en la playa apoyada contra una pared mientras sus gordas tetas rebotan y sus gemidos van aumentando de intensidad. Después se la lleva a la arena y ahí le come el coño antes de volverla a poner a cuatro patas para continuar follándola.