No poder salir de casa por la cuarentena está haciendo que este tío se pase el día empalmado con ganas de follar. Echa de menos a su novia, a la que penetra todos los días, y las pajas ya no le calman. Así que cuando ve el culazo de su madre con ropa y todo, pero bien marcado y grande, no se puede resistir a meterle mano. La madre se enfada, pero le explica que tiene ciertas necesidades y la convence para que se arrodille y le coma la polla. La chupada también pone cachonda a la guarra, que se da la vuelta para que se la folle. Está tan salido el hijo que se le acaba corriendo a su madre en la cara.