Esta zorra trabaja como secretaria en una oficina donde su jefe es un hombre viejo al que la putita no le quita el ojo. Al final un día le confiesa que le recuerda a su abuelo y eso la pone cachonda, porque cuando era más joven el abuelo siempre le tocaba las tetas y le metía los dedos en el coñito. Después de decírselo se arrodilla delante de él, le hace una mamada y se abre de piernas para que el viejo se la pueda follar. La guarra está súper contenta de que se la folle un viejo como ese que la penetra duro y que encima le da un morbo tremendo.