A esta secretaria sus jefes la tienen más que sometida para obligarla a hacer de todo si no quiere perder su puesto de trabajo. Esta vez es viernes y se la han llevado al salir de la oficina a una habitación de hotel donde tienen la intención de utilizarla para que les deje a todos muy satisfechos. Le meten los dedos en el chochito peludo y le dicen que les haga pajas y les chupe las pollas. Todos se quieren correr en su cara de cerda, pero ninguno se la va a follar porque no quieren cruzar esa línea de abuso.