Hace tiempo que esta jovencita colegiala y su padre tienen una relación incestuosa que le esconden a la madre, porque si les descubriera tendrían serios problemas. Sus encuentros sexuales son cada vez más habituales, así que tienen que intentar ser cuidadosos. Por eso el padre se la lleva a una habitación alejada de todo y ahí la comienza a magrear. No se la folla de forma romántica precisamente, sino que la pone a cuatro patas con el culo empinado para poder clavársela y follarla como una perra. Pero eso es lo que le gusta a la hija, que su papi la trate como a una puta y la reviente bien duro.