Mientras su padre está leyendo el periódico en una posición un poco particular su hija le ve la polla y se queda impresionada de que la tenga tan grande incluso en reposo. Por eso la zorrita se masturba pensando en su padre y luego se mete en su cama mientras su madre está durmiendo. Al principio solo se la quiere chupar para ver cómo de grande la tiene cuando se empalma, pero el padre le dice que ya que se ha atrevido a hacerle una mamada, él lo que quiere es follársela. Y ahí mismo en la cama donde duerme la madre se la clava a cuatro patas y la folla a fondo hasta correrse en su cara y boca.