Esta turista española está esperando el autobús para ir a su hotel en Praga cuando dos desconocidos comienzan a hablar con ella. La van conociendo y cuando ya han roto el hielo le ofrecen dinero. Le van dando varias veces hasta que le dan una gran cantidad a cambio de que les haga una mamada, porque la zorrita asegura que le encanta hacer mamadas. Del calentón que lleva mientras chupa se rompe las medias y se pone de espaldas para que uno de los dos la comience a follar muy rápidamente en medio de la calle. Y al final la guarra abre la boca para recibir todo el semen.